Entrega una pista, la pista que desencadena la malla, la pieza que pudiera armar el puzzle, la cosa es como la recibe, pues todo iba viento en popa, o eso creía, o eso cree, porque ahí va, que más da, el tiempo se le va y los segundo se alejan, los espacios ahí son menos, la cuenta regresiva comenzó hace horas y no pierde nada con intentar, pierde días, solo unos días y gana una nueva experiencia, toma un nuevo riesgo, riesgo que debería haber tomado hace mas que un tiempo atrás. Y si todo es como sueña los juegos de niños pueden ser más que eso, que el ir de adelante a atrás no era solo como un juego, porque en cada impulso contrapesaba las ilusiones necias.
¿Tanto cuesta encadenar, hilar, conjugar y hacer un pequeño cuadro con las piezas dadas?, porque ya sabe que el no es Andrés y ella no es Samanta, porque esto no es lo mismo, esto es otro cuento, un cuento que comenzó con puntos blancos y puede terminar antes de lo que espera. Aunque no espere, porque no hay que esperar, ya ha esperado mucho y camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
¿Tanto cuesta encadenar, hilar, conjugar y hacer un pequeño cuadro con las piezas dadas?, porque ya sabe que el no es Andrés y ella no es Samanta, porque esto no es lo mismo, esto es otro cuento, un cuento que comenzó con puntos blancos y puede terminar antes de lo que espera. Aunque no espere, porque no hay que esperar, ya ha esperado mucho y camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
El ya no espera nada, armo el fuego como pudo, se tomo el tiempo, de repente puede haber sido mucho tiempo y el fuego ya se apaga, pero la carne se tira igual, a ver si con un poco de viento a favor prende y logra cocinar los trozos que corto y apaleo con la mayor precisión que tenia, no tiene mas, no pretende matar mas animales por al que no sabe si llegara a la boca.
Lo que comenzó en sus intestinos, como un balbuceo, y que no es esos que te otorga un pedazo de alimento o la falta de el, ese balbuceo que esperaba como una llamada y que tardo un poco en reconocer, pero aun no desaparece porque no se quiere ir… no quiere despedirse de cuerpo, las despedidas no son agradables, no si son para siempre, si fuese por el balbuceo, estaría ahí para siempre y si es necesario alargar la despedida a la eternidad es capas de hacerlo, porque esta calido, y las cosaquillas y los nervios los da como un regalo.
La carne esta ahí, algunas lanzadas y otras a punto de ser lanzadas, pero tengan en claro que le gusta la carne cruda, y no tardara en sacarla y aprovecharla, porque mientras mas se disfrute el jugo, y no se seque en e fuego de la espera, mejor se disfruta el trozo.
Bon appetít